lunes, 16 de noviembre de 2009

Primer Editorial 20/9/09 J. Graells- N. Del Barco

Sin dudas que el centro de atención en estos días, estuvo centrado, por tercera semana consecutiva, en el Proyecto de Ley de Servicios de Comunicación Audiovisuales.
Los grandes medios concentrados, dejaron atrás, por un momento al menos, la problemática campestre y se dedicaron a establecer un discurso autorreferencial.
El oficialismo, encabezado por la Presidenta, tomó nota de los errores cometidos en el pasado y a comienzos de la semana anunció la imposibilidad de participación de las telefónicas en el negocio de la Tv por cable. La decisión sorprendió a propios y extraños.
En el arco opositor quedaron en evidencia las dificultades de articulación de un discurso que sea creíble para oponerse al tratamiento de la ley.
Ya en Diputados, y lejos de preocuparse por las formas, continuaron con las muestras democráticas retirándose del recinto un tiempo antes de la votación. Lilitos, macristas y radicales prefirieron no debatir en su ámbito natural, el Congreso, eligiendo trasladarse al lugar que mejor los trata: LOS MEDIOS.
Con media sanción adentro, desde el establishment periodístico, Clarín “diagnostico” “signo de debilitamiento político K”, “un gesto desesperado” dijo Morales Sola en La Nación,

Como estudiantes de Comunicación Social, y futuros comunicadores, en esta editorial, la primera, nos interesa dejar expresamente marcado nuestro respaldo y apoyo al proyecto.
Quienes entendemos la comunicación como un DERECHO y no como mercancía, consideramos de carácter imprescindible la sanción de esta Ley.
Se hace necesario, de una vez por todas, dejar atrás la Ley de radiodifusión implementada por la Dictadura Militar, y las sucesivas modificaciones que realizaron los gobiernos democráticos a favor de la concentración y monopolización de los medios.

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