viernes, 23 de julio de 2010

La mina que está esnamorada de Calamaro.

SUPLEMENTO NI A PALOS

ESTEREOTIPOS


La mina que está enamorada de Calamaro


Cree que Calamaro le canta a ella.
Sueña con drogarse mucho en una habitación del piso 25 de un hotel caro.
Suele estar buena.
Usa anteojos negros casi todo el año.
Odia a la que ama a Arjona.
Fuma Marlboro 10.
Usa All-Star y bandoleras de hilo (posiblemente compradas en Bolivia).
Le encanta que la suban a los hombros en los recitales y filmar con el celular.
Tiene de ringtone un tema de Calamaro (generalmente “Flaca”).
Fue a Machu Pichu.
Viajo al D.F. sólo para ir al Estadio Azteca.
Estudió teatro con Victor Laplace y una carrera humanística en la U.B.A.
Perdió la virginidad en un camping después de un fogón.
Se acostó con el cantante de una banda tributo a Calamaro.
Piensa que Bob Dylan es un mediocre imitador de Andrés.
Para referirse a él dice “Andrés”.
Está dispuesta a entregar su cuerpo a Javier Calamaro, aunque más no sea.
La pone muy cachonda escuchar a Calamaro hablando con tonada gallega diciendo, por ejemplo, “grifo” en lugar de “canilla”, o “pitillo” en lugar de “cigarrillo”.
Veranea en Villa Gesell.
Es capaz de escuchar el disco doble El Salmón de corrido (y después salir diciendo que odia Pinamar y le propone al novio irse a vivir a El Bolsón)
Es moderna.
Usa raros peinados nuevos.
Tiene un tatuaje en la cintura a modo de guarda.
Usa jeans con botas puntiagudas.
Va mucho a la peluquería.
Trata de combinar horriblemente su ropa.
Come muchos Sugus (porque le parece cool).
Tiene un tremendo poster de Bob Dylan en su cuarto.
Y ningún disco.
Si fuera hombre tendría un solo destino: ser el Bebe Contepomi.

Colaboró: Leandro Boccaccio

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